miércoles, 8 de mayo de 2013

Duras Raíces



    Aterrando a los gorriones que se posan en la punta más fina del árbol, que se agitaba como si las estuviera saludando, aunque los gorriones sólo indagaban por una buena rama para situar sus nidos. Adoraba aterrar a las aves por los siguientes motivos, me disgusta ver sus plumas danzando por mi tronco, y aborrecía el olor de aquellos traseros que se posaban en mis palmas.
Me agobiaba que trataran de integrarme a su liberación, si tan sólo soy un árbol con las raíces bien conquistadas a la tierra, incomparable a los árboles con sus raíces esparcidas por la superficie manifestando sus rebeldías. ¿A caso no recuerdan que mis raíces están en lo más profundo de la tierra? Ellas piden ser libres pero mi corteza las reprime con tanto odio y destreza, como si me sintiera presionado por aquellos aburridos gorriones que chillan de goce y libertad.
Cansado por ser un vegetal con el pellejo de madera y la dureza que impide abrazar a estos revolucionarios al que por culpa de mis raíces me retraje a sus ofertas de obtener la fluidez y la flexibilidad de andar como una legumbre que posee extremidades.


Autor: Matías Valle

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