Me agobiaba que trataran de integrarme a su liberación, si tan sólo soy un árbol con las raíces bien conquistadas a la tierra, incomparable a los árboles con sus raíces esparcidas por la superficie manifestando sus rebeldías. ¿A caso no recuerdan que mis raíces están en lo más profundo de la tierra? Ellas piden ser libres pero mi corteza las reprime con tanto odio y destreza, como si me sintiera presionado por aquellos aburridos gorriones que chillan de goce y libertad.
Cansado por ser un vegetal con el pellejo de madera y la dureza que impide abrazar a estos revolucionarios al que por culpa de mis raíces me retraje a sus ofertas de obtener la fluidez y la flexibilidad de andar como una legumbre que posee extremidades.
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