Peter Krasimirov
Bordoletti
recuerda sobre Peter Krasimirov: "Miraba al suelo. Caminaba mirando las
piedras, las baldosas, la arena. Esa era su vida"
Efectivamente,
poco más podría decirse sobre ese hombre, más que era artista. Aunque,
hasta cierto punto, el ser artista no era mas que una consecuencia de
ese oficio de inspector de los sustratos. Peter caminaba por las calles
totalmente jorobado, tanto era que sus piernas y su espalda formaban
casi un angulo de noventa grados, con ambas manos juntas en la espalda,
con una sonrisa cálida y ojos cansados y parcialmente cerrados.
Él
decía que detestaba mirar a las personas, a los edificios, al cielo y a
todo lo que requería pararse erguido para ver. Nadie sabía bien porque,
si bien se planteaban teorías desde una fuerte carga emocional por unos
padres violentos, o una maldición de los dioses que lo condenaron a vivir solo mirando la quietud de las baldosas.
Estaba dotado de una increíble memoria, que, al formular una idea de
una obra, le permitía recordarla sin apuros y con excelente precisión, y
no privarlo del placer de recorrer la ciudad o la playa.
Con el
tiempo, las caminatas fueron cada vez menos frecuentes, debido a su
estricta dieta de carne de cerdo y res. Su última obra concluida,
"Construcción XIV", una serie de manchas amorfas y de círculos vacíos y
con bordes de colores claros, fue su obra del más valiosa, por el hecho
de que en su exposición- meses después que había muerto- Bordoletti dijo
el que se considera el mayor elogio que dijo en su vida: "Si pudiera
elegir en quién nacer en mi próxima vida, pues, me elegiría a mí. Más,
si luego de esa vida me dieran la posibilidad de volver a elegir,
elegiría la vida del rollizo pintor Peter Krasimirov"
Matias Jurjevic.
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