Genesis 1;20 - 1;21
Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos.
Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se
mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según
su especie. Y vio Dios que era bueno.
Ignorante de lo que sucedía,
las aves con alas blancas, sin cuestionar, obedecían los mandatos del
Creador de Todo. Intentaban torpemente reproducirse y volar. Cruzó por
la mente de una, informar a Dios sobre la difícil tarea que les había
dado; así, intentó llegar a Él, elaborando un complejo plan para
encontrarlo. Pero el proceso de planificación tardó demasiado: un día.
Para ese momento, Dios ya había creado a un ser inmensamente mas
inteligente y ágil, que podía planear ese y mil planes más en un
atardecer.
Y el ave con alas blancas se esforzó (eso Dios lo sabe)
por llegar a su destino. Pero Dios, Creador de Todo, había concedido a
los otros la capacidad de aprovechar todo animal sobre la Tierra para su
beneficio. Y así el ave con alas blancas, osada exploradora de los
cielos, pronto fue mierda.
Matias Jurjevic.
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