martes, 16 de abril de 2013

Breve tesis de un extraño


El discurso que parlamentaba con una vehemencia exagerada se complementaba con el agitado día, los transeúntes dificultaban la comunicación pero eso no parecía provocar ni el menor problema en el flujo de su relato, por primera vez Bordoletti sentía la necesidad y obligación de escuchar, como si se tratase de una voz proveniente de lo mas recóndito de su imaginación cantando las verdades mas intrigantes de su propia mente.

-Hay un detalle muy importante que se esta olvidando, Dr Bordoletti; En ese estrado no solo posa el elegido, si no la majestuosidad del mundo. Usted no me comprende maestro, a ver como explicarle...- Dijo gesticulando con movimientos completamente articulados, como si se tratase de un monologo teatral. -Esto va mas allá de usted, de su pueblo o de su país, englobese dentro de la humanidad Francisco ¡Por favor! Basta de fanfarronerías. ¿Como le puede repugnar los pies que posan un trono si todos sabemos para lo que fueron echos, Acaso los vestigios del absolutismo monarca y la edad media todavía reinan en su mente? Ja,ja es irónico, estoy en frente del individuo mas influyente del siglo XXI pero sin embargo le atormentan los tronos y sus vasallos. Oh que increíble y a la vez nefasta es la humanidad ¿Me comprende Doctor?-. Las ultimas palabras decoradas con una ironía cínica llegaron a herir el ego de Bordoletti.

-Que me esta diciendo señor, lo que queda en mi de esos tiempos que me menciono no es mas que enseñanzas y justamente la mas importante de ellas enmarca un camino de progreso, la eliminación de antiguos dogmas que masacraron y sometieron a la humanidad, usted pretende que no me indigne al ver la antigüedad y penuria humana encubierta en una sotana y lo peor de todo es que se atreve a llamarlo majestuosidad. Esta discusión se terminó aquí, me despido caballero-. Francisco arremetía contra la gente que dificultaba su paso, quería alejarse lo mas rápido posible de ese hombre <Esta loco> pensaba mientras aceleraba y se apresuraba en doblar en la esquina. Al notar que el individuo lo perseguía comenzó a irritarse, su piel enrojeció de furia y se sentía a punto de reventar <No voy a dudar en partirle la cara en cuanto me diga una sola palabra mas> Murmuro cabizbajo, como si se quisiera convencer a el mismo de sus palabras. 
-Usted esta entendiendo mal, maestro- Bordoletti ensayo una especie de movimiento brusco, como si hubiera vislumbrado por una fracción de segundo la posibilidad de atinar un puñetazo. El individuo dio cuenta de esa acción, su semblante se torno oscuro y siniestro, el rostro denoto seriedad y tristeza al igual que su discurso, el cual se propuso continuar. 
- Mire doctor, al hablar de majestuosidad hablo de perfección, pero usted sabe, al igual que yo, lo que conlleva la perfección. Este es un camino atroz, lejos de la ilusión humana. Un trono en el que posa la crueldad e injusticia humana es maravilloso ¡Y lo mejor de todo es que es cosa frecuente! Lo impresionante y curioso de esta perfección que hablamos es la convivencia que existe entre el paraíso y el infierno. Fíjese usted que aunque todos -o muchos, por lo menos- conozcamos la miseria detrás del telón no podemos negar la divinidad que provoca en ciertos individuos, llamelos crédulos pero muchas personas necesitan de ese apoyo, esa fe ciega que los mantenga parados a pesar de las dificultades, yo solo estoy recomendando que sea cuidadoso al hablar del trono. Usted esta en la amarga lucha de la igualdad pero necesita comprendedla con claridad, si este combate no es puro la oscuridad seguirá reinando maestro, tome mi consejo como si le hablara el diablo mismo...

Los dos hombres detuvieron el paso, Bordoletti parecía estar examinando y reflexionando sobre cada una de las palabras del desconcertante hombre. Comenzó a preguntarse con curiosidad como es que había llegado a tener una charla reveladora con un completo extraño, se sentía sumido en un delirio, por momentos creía estar en un sueño. El individuo se apresuro a continuar el monologo antes que Francisco se ahogue en el desconcierto que sus palabras le habían provocado. 

-Yo se que usted por momentos me cree un loco o cree unos locos a los que lloraron de alegría ante los pies del coronado pero créame, usted esta mas loco que cualquiera de nosotros juntos. Nosotros necesitamos ese misterio que rodea nuestra vida, nos acurrucamos en el y esperamos su cobijo, sin embargo usted- dijo, con palabras casi despectivas y de desprecio- Usted se apoya en usted mismo, usted recorre su propia mente y cree solucionar el mundo desde el misterio de su persona. Comprenda Bordoletti, comprenda a la humanidad, somos parte de un proceso desligado de la historia y de las mentes, la gente como usted planea cambiar el mundo, transformar las mentes pero, a fin de cuentas ¿Que tan diferente es el que en el egoísmo de su alma planea cambiar un mundo al cual ni siquiera pertenece y un egoísta que no planea mas que su regocijo pero su simple presencia llena de efímeras alegrías a los que mas perduran en el sufrimiento? 

-Observe a su alrededor Francisco. ¿Lo ve? ¿Observa lo mismo que yo- La exaltación de su discurso iba en aumento al notar la gran influencia que estaba teniendo en el músico. -Note esos rostros, desesperados por una migaja de felicidad, ellos no lo saben, pero son capaces de hacer cualquier cosa por un poco de alegría, incluso no dudar, confían ciegamente en lo que cualquier extraño con ojos amables le proponga. ¿Realmente cree que los hombres como usted en los que la nobleza rebalsa la razón gozan del privilegio de la duda? Déjeme preguntarle Maestro ¿Usted es feliz? o mejor ¿Quiere serlo? permitame el negativismo de mi mente- dijo con amargura- pero yo realmente creo que la felicidad no existe, creo en la tristeza...Oh, si que creo en ella, de ella no hay ser que se atreva a dudar.

-¿Porque no dudamos de ella?- Pregunto Bordoletti con tono resignado, sumido en el amargo discurso del extraño.

-Vaya a saber uno porque, quizás nunca lo entendamos...-Pero lo que hoy de seguro usted entendió -Dijo retomando la exaltación del comienzo- es porque el sufrimiento subirá al trono durante la eternidad. Nos gusta verlo ahí, paradito y bien peinado. Disfrutamos de la perfección y la naturaleza de nuestro mundo sonriendo y agradeciéndole, como si le brindáramos honores por atormentarnos. Disfrute del banquete Doctor, hasta luego ¡Feliz Habemus Papam!- 
El extraño individuo se perdió entre la multitud, un mar de rostros expresivos y excitados decoraban el lugar con banderas multicolor y gritos efusivos. Bordoletti se sentó junto a una fuente con la mirada perdida y completamente desconcertado, una extraña mueca de alegría brotaba de la comisura de sus labios.


Octavio Alfeo

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