Lo vi, ahí estaba, erguido y anónimo. Su halo de misterio lo cubria casi por completo. La divinidad de ese momento me impedía planear un contacto, un intercambio de palabras o simplemente una mirada, creo que hasta me hubiera conformado con un sonido, mi suerte fue mas allá de eso...
martes, 16 de abril de 2013
Emilio consquita a Lorelayna.
Estaba yo parado junto al fogón, mientras que en el tocadisco se oía "Summer Overture" de Mozart, bien callado, esperándo a que esta triste y melancólica canción acabara, porque ya estaba penetrando por el más fondo de mis entrañas, que ya me estaban produciendo calambres.
Anoche soñé que Lorelayna abrazaba la llama que se produjo en ese incendio aterrador, que se inició en aquel patio de aquella mansión de la conde Roux. Sin saber por que, Lorelayna decidió carbonizarse junto al patio, dónde las rosas húmedas ya dejaron de serlo, dónde esos pastos verdes se hicieron brasas, dónde Lorelayna danzaba intensamente librando chispas que iluminaban con tanta fuerza el lugar. Ese sueño es de las peores regresiones que se presentan todas las noches en mi perturbada cabeza. La extraño tanto, la hecho de menos.
~ Maldita sea ese ruido perfecto que me
viola intensamente por el ano~
Después de esas grotescas palabras decidí destruir el tocadiscos, estrellándolo contra el piso, bendíta sea esa adrenalina que siento al ver un aparato impactarse contra el piso, bendita sea, carajo.
No logro distinguir entre el sueño y la realidad, todo se torna tan delirante, ni siquiera se si Lorelayna existe en verdad, tampoco se si ese nombre es real, pero no, no existe ¡ella está muerta! Espera. ¿Existió en verdad? Todo se torna tan confuso.
~ Hey, despierta~
~ ¿Quién sos vos?~
~ Estás soñando~
~ Pero en ningún momento he estado durmiendo~
*Silencio incómodo*
~ ¿Hola?~
Esto si que es aterrador, esto si que es confuso. ¿Que es real de todo esto? ¿Seré un mitómano con delirios?
~ Por supuesto que no, Emilio, esto es real~
Después de oír esas voces, cada vez me siento más feliz de tener esa locura, que alegra mi supuesta existencia, Lorelayna es real, me habla todo el tiempo o quizas yo le hablo a ella. En fin, no analizaré esto porque nuevamente entraré en un estado de confusión. Que feliz estoy.
~ Estás loco~ Me dijo Lorelayna con su tipica risa tierna. ¡Pero una cosa! ¿Por que ella se llama así? Quizas ella tenga mucha razón, estoy loco.
Autor: Matias Valle
Convergencias
Aunque nuestra existencia pareciera librada a un azar tragicómico y alborotado, hoy me atrevo a refutar esa premisa, o mas bien, me permito dudar de ella.
¿Y si nuestro paso en este confuso pero determinado tiempo y espacio fuese realmente una estratégica elección de quien sabe quien o que? No quisiera ahogarme en el divagamiento eterno de quien o que movería estas fichas, prefiero remontarme en la esencia de esa pregunta...La cuestión mas indescifrable.
En mis sueños de cualquier noche cabe una inocente idea, un curioso juego de niño en el que varios chiquillos revolotean y entre risas reparten papiros a multitudes, estas muchedumbres reciben alegres los pequeños pergaminos que los infantes obsequian y rápidamente proceden leerlo, como quien espera una carta importante. En el instante seguido de la lectura la fantasía convulsiona, las miradas risueñas que recibían los pergaminos con mucha simpatía se turban y colisionan con semblantes atormentados y desesperados, la agitación comienza a reinar en las ahora perdidas muchedumbres que comienzan a caminar rápidamente hacia ninguna dirección hasta mezclarse en un difuminado vació. Como un enigma seduciendote a develarse ante tus ojos, el misterioso contenido de los papiros perturbo mi conciencia y me obligo a entenderlos, o a creer que lo hice.
Desde que esas imágenes inconscientes tomaron forma en mi mente me atrevo a creer en un designio en cada individuo, una marca en nuestras almas que nos graba en la existencia determinadas palabras, sea pasado, presente o futuro, otorgándonos junto con ellas un objetivo. De estos signos me valgo hoy para recordar a los desaparecidos en la ultima dictadura militar, siendo estos victimas del estigma pasado pero que hoy converge con un presente que los honra y los llora y un futuro dispuesto a no permitir tal insensibilidad en los años venideros.
"Toda época fue pieza de un rompecabezas para subir la cuesta del gran reino animal"
Octavio Alfeo
Breve tesis de un extraño
El discurso que parlamentaba con una vehemencia exagerada se complementaba con el agitado día, los transeúntes dificultaban la comunicación pero eso no parecía provocar ni el menor problema en el flujo de su relato, por primera vez Bordoletti sentía la necesidad y obligación de escuchar, como si se tratase de una voz proveniente de lo mas recóndito de su imaginación cantando las verdades mas intrigantes de su propia mente.
-Hay un detalle muy importante que se esta olvidando, Dr Bordoletti; En ese estrado no solo posa el elegido, si no la majestuosidad del mundo. Usted no me comprende maestro, a ver como explicarle...- Dijo gesticulando con movimientos completamente articulados, como si se tratase de un monologo teatral. -Esto va mas allá de usted, de su pueblo o de su país, englobese dentro de la humanidad Francisco ¡Por favor! Basta de fanfarronerías. ¿Como le puede repugnar los pies que posan un trono si todos sabemos para lo que fueron echos, Acaso los vestigios del absolutismo monarca y la edad media todavía reinan en su mente? Ja,ja es irónico, estoy en frente del individuo mas influyente del siglo XXI pero sin embargo le atormentan los tronos y sus vasallos. Oh que increíble y a la vez nefasta es la humanidad ¿Me comprende Doctor?-. Las ultimas palabras decoradas con una ironía cínica llegaron a herir el ego de Bordoletti.
-Que me esta diciendo señor, lo que queda en mi de esos tiempos que me menciono no es mas que enseñanzas y justamente la mas importante de ellas enmarca un camino de progreso, la eliminación de antiguos dogmas que masacraron y sometieron a la humanidad, usted pretende que no me indigne al ver la antigüedad y penuria humana encubierta en una sotana y lo peor de todo es que se atreve a llamarlo majestuosidad. Esta discusión se terminó aquí, me despido caballero-. Francisco arremetía contra la gente que dificultaba su paso, quería alejarse lo mas rápido posible de ese hombre <Esta loco> pensaba mientras aceleraba y se apresuraba en doblar en la esquina. Al notar que el individuo lo perseguía comenzó a irritarse, su piel enrojeció de furia y se sentía a punto de reventar <No voy a dudar en partirle la cara en cuanto me diga una sola palabra mas> Murmuro cabizbajo, como si se quisiera convencer a el mismo de sus palabras.
-Usted esta entendiendo mal, maestro- Bordoletti ensayo una especie de movimiento brusco, como si hubiera vislumbrado por una fracción de segundo la posibilidad de atinar un puñetazo. El individuo dio cuenta de esa acción, su semblante se torno oscuro y siniestro, el rostro denoto seriedad y tristeza al igual que su discurso, el cual se propuso continuar.
- Mire doctor, al hablar de majestuosidad hablo de perfección, pero usted sabe, al igual que yo, lo que conlleva la perfección. Este es un camino atroz, lejos de la ilusión humana. Un trono en el que posa la crueldad e injusticia humana es maravilloso ¡Y lo mejor de todo es que es cosa frecuente! Lo impresionante y curioso de esta perfección que hablamos es la convivencia que existe entre el paraíso y el infierno. Fíjese usted que aunque todos -o muchos, por lo menos- conozcamos la miseria detrás del telón no podemos negar la divinidad que provoca en ciertos individuos, llamelos crédulos pero muchas personas necesitan de ese apoyo, esa fe ciega que los mantenga parados a pesar de las dificultades, yo solo estoy recomendando que sea cuidadoso al hablar del trono. Usted esta en la amarga lucha de la igualdad pero necesita comprendedla con claridad, si este combate no es puro la oscuridad seguirá reinando maestro, tome mi consejo como si le hablara el diablo mismo...
Los dos hombres detuvieron el paso, Bordoletti parecía estar examinando y reflexionando sobre cada una de las palabras del desconcertante hombre. Comenzó a preguntarse con curiosidad como es que había llegado a tener una charla reveladora con un completo extraño, se sentía sumido en un delirio, por momentos creía estar en un sueño. El individuo se apresuro a continuar el monologo antes que Francisco se ahogue en el desconcierto que sus palabras le habían provocado.
-Yo se que usted por momentos me cree un loco o cree unos locos a los que lloraron de alegría ante los pies del coronado pero créame, usted esta mas loco que cualquiera de nosotros juntos. Nosotros necesitamos ese misterio que rodea nuestra vida, nos acurrucamos en el y esperamos su cobijo, sin embargo usted- dijo, con palabras casi despectivas y de desprecio- Usted se apoya en usted mismo, usted recorre su propia mente y cree solucionar el mundo desde el misterio de su persona. Comprenda Bordoletti, comprenda a la humanidad, somos parte de un proceso desligado de la historia y de las mentes, la gente como usted planea cambiar el mundo, transformar las mentes pero, a fin de cuentas ¿Que tan diferente es el que en el egoísmo de su alma planea cambiar un mundo al cual ni siquiera pertenece y un egoísta que no planea mas que su regocijo pero su simple presencia llena de efímeras alegrías a los que mas perduran en el sufrimiento?
-Observe a su alrededor Francisco. ¿Lo ve? ¿Observa lo mismo que yo- La exaltación de su discurso iba en aumento al notar la gran influencia que estaba teniendo en el músico. -Note esos rostros, desesperados por una migaja de felicidad, ellos no lo saben, pero son capaces de hacer cualquier cosa por un poco de alegría, incluso no dudar, confían ciegamente en lo que cualquier extraño con ojos amables le proponga. ¿Realmente cree que los hombres como usted en los que la nobleza rebalsa la razón gozan del privilegio de la duda? Déjeme preguntarle Maestro ¿Usted es feliz? o mejor ¿Quiere serlo? permitame el negativismo de mi mente- dijo con amargura- pero yo realmente creo que la felicidad no existe, creo en la tristeza...Oh, si que creo en ella, de ella no hay ser que se atreva a dudar.
-¿Porque no dudamos de ella?- Pregunto Bordoletti con tono resignado, sumido en el amargo discurso del extraño.
-Vaya a saber uno porque, quizás nunca lo entendamos...-Pero lo que hoy de seguro usted entendió -Dijo retomando la exaltación del comienzo- es porque el sufrimiento subirá al trono durante la eternidad. Nos gusta verlo ahí, paradito y bien peinado. Disfrutamos de la perfección y la naturaleza de nuestro mundo sonriendo y agradeciéndole, como si le brindáramos honores por atormentarnos. Disfrute del banquete Doctor, hasta luego ¡Feliz Habemus Papam!-
El extraño individuo se perdió entre la multitud, un mar de rostros expresivos y excitados decoraban el lugar con banderas multicolor y gritos efusivos. Bordoletti se sentó junto a una fuente con la mirada perdida y completamente desconcertado, una extraña mueca de alegría brotaba de la comisura de sus labios.
Octavio Alfeo
Agua de rió
Llovía torrencialmente en las planicies del Amazonas. El verano traía con sigo las frecuentes lluvias , eso era bien sabido por Nené y su amigo Tanzán, que comenzaban a arrepentirse de haber tomado el camino difícil, "el camino del aventurero", como lo llamaban los residentes. Más sus espíritus juveniles que buscaban insaciablemente emociones parecía gozar de la situación en la que sus cuerpos exhaustos y lastimados sufrían fuertemente. Nené reía para si mismo, con los ojos cerrados y la cabeza inclinada, casi usando toda la fuerza que aún poseía su cuerpo, y Tanzán lo miraba e imitaba su reír casi de igual manera. La risa se convirtió en carcajadas y en un momento se vieron sentados en la espesa selva, riendo hasta llorar y dando respiros profundos para tratar de componer sus cuerpos deteriorados. Comieron unas frutas que habían arrancado de unos árboles, cuyo nombre no conocían pero que habían comido primerante con los residentes.
Posiblemente a causa de la relajación en la que estaba inmerso Nené, comiendo esa fruta jugosa y dulce, bajo la lluvia que parecía ceder, dijo a Tanzán: "Quizás sea mejor que descansemos. Armemos la tienda aquí, que el suelo es plano, y a la mañana seguimos". Comenzaba a anochecer. Pero la mente rigurosa de Tanzán no le permitía tal cuestión. "Caminemos un poco más. Cuando anochezca completamente y si la lluvia cede, armaremos la tienda. " Sin ánimo de discutir, Nené accedió de mala gana, e hizo un esfuerzo colosal para levantar su cuerpo desgastado, y comenzaron a caminar hacia el Noreste.
La lluvia había cesado casi por completo, solo una suave llovizna acompañaba su paso. Durante el camino, Nené se dio cuenta que lo mas seguro es que la decisión de Tanzán de seguir caminando era la mas adecuada; que seguramente aquel alivio de su cuerpo cansado lo obligaba a tomar una decisión en contra de su corazón. Al darse cuenta de esto, lanzó una carcajada que hizo eco en todo el Amazonas, y le dió a su amigo una palmada en el hombro. Habían entrado a un terreno con muy pocos árboles, y con el suelo inundado de un lodo en el fácilmente podrían hundirse. Avanzaron con cuidado. Pronto vieron algo que les animó mucho: a lo lejos, una persona caminando dificultosamente sobre el lodo espeso. Luego se dieron cuenta de algo que, para su sorpresa, estaban pasando de alto. Un camino, un poco desdibujado pero perfectamente visible marcaba la ruta hacia donde se dirigía el solitario caminante. Se acercaron rápidamente para preguntarle si hacia donde se dirigía era al mismo destino que el de ellos. Era una mujer. Tanzán fue quien habló: "Bendita sea, somos aventureros en busca de la iluminación". La mujer se presentó y confirmó que, efectivamente, ella era una residente sirvienta en el Santuario de las Hormigas Rojas, y que les mostraría el camino.
Luego de caminar unos 200 metros, Nené se dio cuenta de la dificultad que tenía la mujer al caminar, y juntando energías de la nada, la levantó y la cargó en sus hombros, y caminó impresionantemente al mismo ritmo al que venía caminando. La cara de la joven mujer dibujó una sonrisa que llenaría de vitalidad a quien la mirase. El agotamiento de los días de viaje parecieron desaparecer en ese instante, y Nené sentía una fuerza que nunca había sentido. Tanzán, pareciendo ajeno a la escena que transcurría a su lado, clavó la mirada en el rostro de Nené, que miraba duramente hacia el destino cada vez mas cercano.
Al llegar finalmente al templo, Nené dejó a la joven mujer en la entrada, que rápidamente fue a una habitación, que parecía ser de los servidores. El templo rebosaba de flores de colores diversos, las viviendas estaban hechas de madera y los habitantes que primeramente lograron divisar usaban ropas de colores rosados y celestes, de un material perecido al lino. Se les acercaron dos monjes, ambos con una sonrisa en su rostro; uno de ellos parecía europeo, de tes blanca y con unos ojos celestes que invadían de calma a quien miraba. El otro era seguramente nativo de Brasil, tenía una mirada mas entusiasmada, como estando excitado de la llegada de los aventureros. Les invitaron té en un salón y los llevaron hacia su habitación, cuyo interior estaba rebosante de un aroma a tantas flores que parecía todo un jardín.
Ya hacia el anochecer, ambos estaban en la habitación: Nené recostado en su lecho disfrutando el embriagante aroma floral, y Tanzán, parado en la puerta, apoyando su hombro sobre la pared, con una mirada de disgusto, como cuando un padre se decepciona de su hijo. "El camino hacia la iluminación, significa no acercarse a las mujeres, sobre todo si son jóvenes y agraciadas. Es peligroso. ¿Por qué has hecho eso?", dijo a Nené.
"Yo ya he dejado allá a la muchacha- repuso Nené- ¿Tú todavía la traes contigo?"
Al amanecer, un sirviente de aspecto agradable entro a su habitación, despertando a Nené y Tanzán. Les informó que su maestro los esperaba en una hora en el Jardín Central, y que primero vallan a desayunar. Eso hicieron, y en el salón Nené vio a la mujer que había ayudado el día anterior. Ella estaba ayudando a servir el desayuno a los maestros. Lo miró y le sonrió, y Nené le retrubuyó con un gesto de saludo con su mano. En la mesa donde se sentaban los maestros, estaban el hombre de ojos celestes y aquel otro que era nativo de Brasil. Éste ultimo lo reconoció, y lo miró con esa sonrisa con que los había recibido, que parecía ser su única expresión. En general, esa sonrisa era una constante en el Templo.
Al encontrarse con su maestro, Nené y Tanzán lo saludaron con una reverencia y se quedaron de pie en frente. El maestro llamado "Agua de río", miró primero la cara de Tanzán, como inspeccionando algo invisible al ojo común. Luego de unos segundos, se aproximó a Nené. Cuando supo que el maestro se aproximaba, sintió una clase de nerviosismo infantil que le hizo escaparse una risa, que oculto muy adecuadamente. A penas un instante lo examinó el tal "Agua de río", y éste exclamó: "¡Pero, hombre, qué tienes que aprender si tu ya estas iluminado!". Y la ira invadió las profundidades del alma de Tanzán, que miraba atentamente la escena del examen de Nené. Sin esperar un segundo a las palabras del maestro, Tanzán dijo: "Maestro, necesito unos años más para preparar mi mente y mi espíritu". El maestro se acercó a él, reconociendo su sabiduría y su paciencia, y asegurándole que el templo siempre estará abierto para su regreso. Mientras tanto, Nené parecía no entender cual era el futuro de su fiel amigo, pero una suave brisa le aclaraba que nada es azaroso. Nené se fue al recinto con "Agua de río", en donde lo reconocería como Maestro. Tanzán no miró atrás saliendo del templo, miraba el lodo y recordaba la lluvia torrencial del ayer.
Matias Jurjevic
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